El aumento de residuos plásticos es una preocupación global debido a su impacto ambiental. Aunque el reciclaje ha mejorado, es necesario optimizar la recolección y el tratamiento para evitar su acumulación en vertederos y ecosistemas.
El problema de los residuos plásticos como desafío global
Millones de toneladas de plástico se generan anualmente, pero gran parte no se gestiona adecuadamente. En 2021, Europa generó 16,1 millones de toneladas de residuos plásticos post consumo, reciclando sólo el 6,6 millones de toneladas. Hoy en día, el ser humano aún no es consciente de la importancia de separar y segregar correctamente los plásticos entre muchas otras malas praxis que dificultan su reutilización haciendo que estos acaben donde no deben contaminando así el medio ambiente que nos rodea.
Impacto ambiental
La producción de plásticos implica el uso de combustibles fósiles y genera emisiones contaminantes. Polímeros como PS y PET producen más gases de efecto invernadero y la degradación de estos en vertederos contamina suelos y aguas, afectando la biodiversidad. Por otro lado, la incineración de residuos convierte el plástico en un recurso finito, cuando este podría ser reciclado convirtiéndose así en una nueva fuente de materia prima renovable para la industria del plástico.
Necesidad de soluciones
Para abordar este problema, es clave fomentar la economía circular mejorando el proceso de reciclaje de plásticos y la innovación tecnológica. El reciclaje químico complementa al mecánico, permitiendo tratar plásticos contaminados y heterogéneos. Es fundamental desarrollar mercados de reciclaje y metodologías que midan su impacto ambiental. Además, se deben diseñar productos plásticos más sostenibles y priorizar la prevención, reutilización y reciclaje sobre la incineración. La colaboración público-privada y un marco regulatorio estable impulsarán un ecosistema de plásticos circular con cero emisiones netas para 2050.
Tipos de residuos plásticos que se pueden gestionar con el reciclaje químico
El reciclaje químico es una solución clave para tratar plásticos que el reciclaje mecánico no puede procesar eficazmente. Permite recuperar materiales de alto valor a partir de residuos complejos y contaminados, evitando su disposición en vertederos o su incineración. Mediante el reciclaje químico conseguimos tratar diferentes tipos de plástico:
Plásticos de difícil reciclaje
El reciclaje químico es ideal para plásticos multicapa y mezclados que no pueden separarse fácilmente. Al descomponer estos materiales en sus componentes básicos, se facilita su reutilización en la fabricación de nuevos productos plásticos.
Residuos plásticos contaminados
Los plásticos con adhesivos, grasas u otras impurezas pueden reciclarse de forma química, eliminando contaminantes y obteniendo productos reutilizables. Esto incluye redes de pesca, envases de plástico industriales contaminados y plásticos extraídos del mar.
Plásticos degradados y de baja calidad
El reciclaje químico permite recuperar plásticos que han perdido sus propiedades, transformándolos en materiales de alta calidad y evitando su eliminación en vertederos.
Residuos del reciclaje mecánico
Los residuos generados en el reciclaje mecánico pueden ser tratados químicamente, maximizando el aprovechamiento de materiales.
Plásticos termoestables y elastómeros
Materiales como el poliuretano (PU), presente en colchones y aislamientos, pueden reciclarse químicamente, algo imposible con procesos mecánicos.
Productos al final de su vida útil
El reciclaje químico prolonga el ciclo de vida de plásticos reciclados múltiples veces, evitando su desecho final.
Residuos con sustancias restringidas
Este proceso permite eliminar compuestos peligrosos de los plásticos, garantizando materiales reciclados seguros y sostenibles.
Diversidad de polímeros
El reciclaje químico puede tratar una amplia gama de polímeros como PET, PA, PU y PLA, con avances en el reciclaje de poliestireno (PS).
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La pirólisis como tecnología de reciclaje químico de plásticos
La pirólisis es una tecnología de reciclaje químico que usa el calor para descomponer los polímeros en moléculas simples. Es un proceso de craqueo térmico el cual descompone el polímero en monómeros u otras sustancias de interés para la industria química. La pirólisis es una forma de termólisis que se realiza en ausencia de oxígeno.
Características clave de la pirólisis
Descomposición térmica: Utiliza altas temperaturas para degradar los residuos plásticos.
Proceso sin oxígeno: Se lleva a cabo en ausencia de oxígeno, lo que la diferencia de la combustión. Esto evita la oxidación completa de los materiales.
Productos obtenidos: Puede producir aceite de pirólisis y gas de síntesis. El aceite de pirólisis se puede utilizar como materia prima para la producción de nuevos plásticos o productos químicos. El gas de síntesis se puede utilizar como combustible para generar energía o como materia prima para la síntesis de otros productos químicos.
Aplicación a diversos polímeros: Puede ser aplicada a una amplia variedad de residuos plásticos, incluyendo tanto polímeros de adición como de condensación.
Complementaria al reciclaje mecánico: Al permitir tratar residuos que no son aptos para el reciclaje mecánico, como plásticos mezclados o contaminados.
El reciclaje químico es ya una opción real
En 2024, en 2G hemos consolidado y demostrado el reciclaje de plásticos mediante procesos químicos como una solución eficiente y operativa, demostrando su viabilidad a gran escala:
- Más de 10.000 horas operativas en planta, garantizando fiabilidad y robustez en el proceso.
- Más de 5.000 toneladas de plásticos tratadas, evitando que estos residuos terminen en vertederos y convirtiéndolos en recursos valiosos.
- Reducción significativa de emisiones de CO₂, duplicando el impacto positivo previamente estimado en estudios anteriores.
- Más de 2.000 toneladas de aceites pirolíticos renovables producidos, disminuyendo el consumo de petróleo y fomentando una economía más sostenible.
- Transformación de plásticos no reciclables en nuevas materias primas, asegurando su reintegración en la cadena de valor y promoviendo la circularidad del plástico.
El reciclaje químico ya no es una promesa de futuro, sino una realidad tangible con un impacto medible. La capacidad de transformar plásticos no reciclables en nuevos recursos demuestra que es posible avanzar hacia una economía circular, reduciendo la dependencia del petróleo y minimizando la huella ambiental.
Los logros alcanzados en 2024 evidencian que esta tecnología no solo es viable, sino que está en pleno funcionamiento, con miles de toneladas de plástico reciclado y un impacto significativo en la reducción de emisiones de CO₂. A medida que se optimizan los procesos y se amplía su aplicación, el reciclaje químico se consolida como una pieza clave en la gestión sostenible de los residuos plásticos.
El desafío ahora es seguir impulsando su desarrollo, fomentar la colaboración entre sectores y generar conciencia sobre su importancia. Solo con un esfuerzo conjunto podremos avanzar hacia un futuro donde el plástico deje de ser un problema y se convierta en una oportunidad para la sostenibilidad.
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